La guitarra eléctrica Gibson Flying V es una de las creaciones más atrevidas y distintivas en la historia de la música. Desde su concepción en la década de 1950 hasta su resurgimiento en los años 70, la Flying V ha sido un símbolo de innovación y estilo en el mundo de la música. Vamos a ver la fascinante historia de este instrumento, desde sus primeros prototipos hasta su renacimiento en los años 70.
Los Inicios de la Flying V: Los primeros prototipos de la Gibson Flying V se fabricaron en 1957. Este diseño radical, junto con la Explorer, formaban una línea modernista diseñada por el entonces presidente de Gibson, Ted McCarty. La intención detrás de estos diseños era darle un aspecto más futurista a la imagen de Gibson, que en ese momento era conocida por guitarras más tradicionales como la Les Paul y la ES-335. Sin embargo, la línea inicial lanzada en 1958 se dejó de fabricar un años más tarde debido a las pocas unidades vendidas. La reacción inicial del mercado fue mixta, ya que muchos músicos encontraron el diseño demasiado radical para su gusto. A pesar de esto, la Flying V y la Explorer habían establecido un nuevo estándar en términos de diseño de guitarras eléctricas.
El Renacimiento de la Flying V: A mediados de los años 60, un grupo de guitarristas visionarios, incluyendo a Albert King, Lonnie Mack, Dave Davies, Keith Richards y Jimi Hendrix, comenzaron a utilizar guitarras Flying V. Estos músicos buscaban un aspecto distintivo y un sonido potente que les permitiera destacarse en el escenario y en el estudio. Su adopción de la Flying V generó un renovado interés en el modelo. Este renovado interés creó una demanda significativa para que Gibson volviera a fabricar la Flying V. En 1966, Gibson respondió a la demanda actualizando el diseño de la guitarra. Se le añadió un golpeador más grande y se actualizó el puente original, que insertaba las cuerdas por la parte posterior, por el puente "stopbar" más común en los modelos Gibson de la época. Estos cambios no solo mejoraron la funcionalidad de la guitarra, sino que también le dieron un aspecto más moderno y elegante.
La Importancia de las Maderas: En consonancia con su diseño heredado de los años 70, Gibson puso un gran énfasis en la selección de las maderas para la Flying V. El mástil y el cuerpo de la guitarra fueron cuidadosamente tallados en Caoba, una madera conocida por sus similitudes tonales con la limba africana, que Ted McCarty había encargado usar en el modelo original. La Caoba es considerada el ancla tonal perfecta, ya que es equilibrada en todo el espectro con un distintivo rango medio definido por sus ricos tonos y armónicos. El diapasón de la Flying V está hecho de Palo Rosa, una madera que aporta un perfil sónico que se articula perfectamente con el cuerpo y el mástil. En conjunto, esta combinación de maderas tonales proporciona unos graves formidables, unos medios con garra y unos agudos que atraviesan la mezcla sin ser dominantes. Esto contribuye al sonido distintivo de la Flying V que la hace ideal para géneros como el rock y el hard rock.
Las Pastillas Tribute de los Años 70: La Flying V de los años 70 está equipada con las pastillas Tribute de Gibson, que son un homenaje a las pastillas más atractivas que Gibson lanzó a mediados de esa década. Estas pastillas están diseñadas con mucha actitud, calidez, garra y un mayor rendimiento. Golpean al amplificador con más energía y nivel de señal, lo que permite a los músicos llevar su sonido al exceso de una manera más controlada. Estas pastillas son especialmente adecuadas para afinaciones en drop y estilos de hard rock, lo que convierte a la Flying V de los años 70 en una excelente elección para músicos que buscan un sonido potente y versátil.